Cinco meses después del terremoto...
El potente terremoto del 14 de agosto de 2021 ha dejado tras de sí huellas difíciles de borrar, tanto que cuando visitamos las zonas más afectadas del sur del país no podemos creer que hayan pasado cinco meses desde su impacto que se cobró 2.248 vidas. No sólo están las huellas invisibles y latentes (heridas psicológicas debidas al duelo y al trauma), sino también las que son evidentes: los voluminosos escombros y los edificios dañados y, sobre todo, las decenas de miles de personas sin hogar.
A medida que se acercan las fiestas, ACTEC y sus socios se niegan a pintar un panorama sombrío: en medio de la oscuridad, hay puntos de luz, vida y esperanza para celebrar juntos.
En el pueblo de Dory, donde se encuentra la Escuela de Manos Abiertas, el padre Percy ya no duerme bajo las estrellas. Tras varias semanas difíciles, tiene un techo gracias a la construcción de un presbiterio provisional, que sustituye al montón de escombros que dejó el terremoto. Los 600 alumnos de la escuela pudieron comenzar su curso escolar el 11 de octubre, incorporándose a sus aulas cuyas paredes ya no corren peligro de derrumbarse. Una vez que hayamos recaudado más fondos, sustituiremos la valla de la escuela, que garantiza la seguridad de los alumnos, los profesores y los bienes del edificio. Además, ACTEC ha realizado excepcionalmente actividades fuera de su ámbito habitual: a través del Padre Percy, hemos ayudado a aliviar el dolor de 33 habitantes de Dory, en su mayoría mujeres solas y familias con niños. Recibieron chapas y materiales para reparar o reconstruir sus casas, que habían sido arrasadas por el terremoto. Aunque esto no es más que una gota en el cubo de la necesidad desesperada, nos alegramos por estas personas que ahora están protegidas del mal tiempo recurrente en la región.
En la ciudad de Les Cayes, la escuela de Deux Mapous y su centro de formación profesional están siendo restaurados de forma lenta pero segura. Las Hermanas Salesianas han aceptado este reto con las dos manos (o el corazón): era esencial que los 1.200 alumnos y estudiantes pudieran volver a la escuela lo antes posible. En Haití, sólo una educación de calidad puede mejorar de forma duradera las condiciones de vida. A la espera de reconstruir el edificio principal, que se partió en dos durante el terremoto, las Hermanas Salesianas están instalando aulas provisionales. Por el momento, las clases de los alumnos que han perdido su edificio se imparten al aire libre. La inseguridad en el país y la escasez de materiales están provocando retrasos en la ejecución de las obras; habrá que tener paciencia, pero cada paso adelante aporta una dosis de esperanza.
En pocos meses, y a pesar de los problemas de seguridad a los que se enfrentan ACTEC y sus socios, se han hecho muchos progresos gracias a la generosidad de nuestros donantes del gobierno belga (DGD) y della Fundación Jean-François Peterbroeck.
Para seguir apoyando la rehabilitación de nuestras escuelas :
ES03 2100 1696 2902 0014 6746
Código Swift: CAIXESBBXXX
Fundación del Valle
Concepto: Solidaridad con Haití