El Salvador sigue siendo uno de los países con mayor inequidad de América Latina y eso a pesar de que forma parte de los países de renta intermedia. El 42,2% de la población vive aún por debajo del umbral de la pobreza y el 12,3% en pobreza extrema. La situación de postguerra y el fenómeno de las maras posicionan el Salvador como el cuarto país de América más violento, con tasas de homicidio de 41,2 por cada 100.000 habitantes. La emigración y el éxodo rural, afectan principalmente a los jóvenes que buscan nuevas oportunidades, alimentando los números suburbios de la metrópoli de San Salvador y las mafias ilegales que gestionan la emigración a EEUU.
El trabajo de ACTEC responde concretamente a esta problemática y se suma a las prioridades del Gobierno de crear una sociedad equitativa y sin pobreza extrema. Para ello es esencial reducir las desigualdades favoreciendo la inserción socio económica de los colectivos más vulnerables mediante el apoyo a la formación profesional y la formación empresarial de calidad.