La historia de Beatriz y Gerardo Arbeláez
Colombia
Ambición, sueños, ayuda mutua, todo esto, lo tenían desde el principio. Probablemente es por eso que lo han logrado. La historia de los hermanos Arbeláez es un ejemplo de éxito que permiten a muchos otros microempresarios creer que es posible.
Todo comenzó en una esquina de su casa en 1995. Con una producción de 40 litros de leche por día, Beatriz y Gerardo lograban hacer 28 quesos que vendían en una hora en su vecindario. Él tiene un perfil más comercial, ella es más ingeniera; ambos con una visión y pasión comunes. Un día, un cliente les dice: “Su queso es bueno, pero no dura mucho”. Este fue el desencadenante de la pasteurización. Gracias a la formación y asistencia técnica recibidas en nuestros proyectos, aprendieron a diversificar y mejorar la calidad de sus productos, adquirieron nuevos equipos, obtuvieron las certificaciones necesarias, etc.
Por supuesto, hubo dudas, problemas, retos : “Como todas las empresas, tenemos nuestras debilidades y las dificultades del mercado son muchas. Pero como cada error cuesta dinero, hemos aprendido a comprometernos cada vez más, buscando soluciones”. Porque SER emprendedor es eso, saber cómo tomar decisiones.
Y gracias a un seguimiento personalizado, a los consejos y la capacitación adaptada a sus necesidades, Arbeláez ha tomado las decisiones correctas.
Originalmente llamada AURA, la empresa familiar se convirtió en AURALAC. Hoy, su producción de 70.000 litros de leche por día le permite cubrir el 92% de las necesidades de productos lácteos en la región de Antioquia (leche, yogurt, queso, crema, etc.). El taller de producción (2.500 m2) ofrece trabajo directo a 150 personas.
Este éxito no impide que los Arbeláez continúe soñando… y, sobre todo, permite que muchas otras personas crezcan con ellos.